La construcción de una ciudadanía a escala mundial implica la articulación de las redes y alianzas muy diversas que operan a corto y a largo plazo. Es necesario poder combinar la independencia de cada una y la coherencia del conjunto. Por un lado, poder expresar las perspectivas, las temáticas y los ritmos específicos de las diferentes redes; por el otro, la articulación y mutualización de saberes, experiencias y estrategias de estas diferentes alianzas. Para eso, es importante adoptar métodos de trabajo claros y compartidos, favoreciendo los intercambios y una buena comunicación.