| Primera Parte: Evaluación y Visión de FuturoMartí OlivellaBarcelona, 20 de abril de 2003
 1. Evaluación general de la alianzaLa Alianza ha sido, gracias a tener un horizonte estratégico y 
              una metodología en común trazados en la Plataforma, un lugar riquísimo 
              de intercambio y de reflexión de alternativas y de nuevos paradigmas 
              civilizatorios; una aventura colectiva inusual por su enfoque propositivo, 
              su amplitud temática, su diversidad sectorial y geocultural, y por 
              su calendario independiente de la agenda oficial internacional. Las propuestas de la Alianza buscan respuesta a los problemas que 
              los humanos y las sociedades enfrentamos cada día, siempre con la 
              duda de si solo con 'nuestra' fuerza, podemos verdaderamente oponernos, 
              y a tiempo, a las fuerzas destructivas que tienen el poder político, 
              comercial y militar. Esta aventura ha sido posible gracias a la colosal inversión personal 
              de muchos aliados y aliadas en los procesos de la Alianza y al rol 
              fundamental jugado por la FPH en la dirección, en la organizacion 
              y en la financiación. Este rol, imprescindible en un proceso como 
              el de la Alianza, ha creado, sin embargo, una estructura de coordinación 
              demasiado centralizada donde la FPH ha asumido demasiadas responsabilidades, 
              porque reunía el liderazgo y los principales recursos financieros 
              y humanos. Aunque la experiencia de participar en la Alianza produce un gran 
              enriquecimiento personal, la falta de claridad en las reglas de 
              juego, la excesiva centralización de las decisiones en la FPH y 
              la dependencia creada en muchos grupos y aliados han hecho perder 
              valiosas energías y han producido NÚMEROSas desilusiones en diferentes 
              personas que se retiraron. Ha habido un esfuerzo enorme en elaborar los cuadernos de propuestas, 
              en organizar los Encuentros Continentales y la Asamblea de Lille, 
              pero queda la duda si todo este esfuerzo sabremos encaminarlo en 
              los proyectos de transformación social que el mundo precisa. Posiblemente ha faltado la pedagogía y la coparticipación necesarias 
              para superar la dificultad de comprensión de las dinámicas de los 
              talleres temáticos, colegios y grupos geoculturales y de los métodos 
              propuestos en Lille. Cuanta más innovación metodológica propuesta 
              por una minoría más pedagogía y coparticipación se precisa para 
              que los procesos se refuerzen. El fracasado intento de iniciar un Equipo Internacional de Facilitación 
              (EIF) que pudiera ir asumiendo colectivamente el proceso de la Alianza 
              hizo perder contribuciones muy valiosas, restó sinergias en la organización 
              de los Encuentros Continentales y de la Asamblea de Lille y, lo 
              más grave, sentó el temor de que cualquier proceso en la dirección 
              de crear un espacio colectivo de facilitación de la Alianza estará 
              abocado al fracaso mientras el rol de la FPH continúe siendo tan 
              determinante. El resultado de este sentimiento es que no se ha producido el necesario 
              y esperado diálogo colectivo y abierto sobre la evaluación y el 
              futuro de la Alianza, puesto que es menos arriesgado, para no perder 
              posibles apoyos futuros de la FPH, continuar negociando con ella 
              directamente o a través del Llamado a Iniciativas. Esto también 
              explicaría porqué muy pocos coordinadores de grupos de trabajo han 
              utilizado un espacio libre y autogestionado para debatir abiertamente 
              sobre el proceso general y sobre las articulaciones de los grupos 
              de trabajo. Sin embargo, a través del foro EIFE y del método Delibera 
              durante un año, más de 100 aliados y aliadas han tomado la palabra. La Asamblea de Lille fue un gran encuentro con un fuerte intercambio 
              de experiencias y reflexiones pero no está claro si cumplió las 
              expectativas de crear una articulación intensa y sinérgica. Por 
              la forma como se organizó, no se explicó bien el porqué la mayoría 
              de los participantes no habían participado en los trabajos anteriores 
              de la Alianza e incluso porque muchos de los participantes no conocían 
              la Alianza. Tampoco quedo claro porqué no se pretendía que los cuadernos 
              de propuestas fueran reapropiados por los participantes de la asamblea. 
              Otra confusión se produjo sobre la expectativa de algunos aliados 
              de que en la Asamblea se debería haber reflexionado sobre cómo organizar 
              propuestas de acción; pero para ello se tenía que disponer con antelación 
              de los cuadernos de propuestas para que todos los hubieran leído 
              y se hubiera podido pasar a la estrategia. Las innovaciones metodológicas propuestas en Lille eran un gran 
              desafío, un gran reto necesario para experimentar sobre como mejorar 
              los procesos participativos de grandes asambleas, pero al no ser 
              bien explicadas ni interiorizadas, provocaron división de opiniones. 
              Otra de las dificultades de los aliados para "comprender" la Asamblea 
              de Lille, es que muchos consideran que no han sido informados sobre 
              las recomendaciones y las propuestas que salieron de Lille.  
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