La eficacia energética es el uso moderado, económicamente eficaz y ecológica y socialmente soportable de las energías. Eso significa un cambio de costumbres de producción, transporte y consumo de energía, especialmente la utilización de métodos y de materiales más adaptados (mejor aislamiento de los edificios, por ejemplo).
El taller concentra sus propuestas en torno a 3 cuestiones centrales:
Cambiar de enfoque: se aborda muy a menudo la energía como el aporte de tal o tal producto (petróleo, madera, energía eólica, etc.) mientras que en realidad se trata de satisfacer las necesidades de las familias y de las empresas relativas a calefacción, electricidad, cocción, fabricación de materiales, etc. Por consiguiente hay que fomentar programas de formación y de educación (programas escolares, actividades de la UNESCO, etc) para colocar en pleno corazón de las políticas energéticas actuales, no las exigencias de la producción, sino la satisfacción de las necesidades energéticas requeridas por el desarrollo soportable y la calidad de vida.
Poner en aplicación los medios financieros y humanos para crear los organismos encargados de promover políticas de eficacia energética, ya sea a nivel nacional, regional como mundial (con la creación de una Agencia mundial para la eficacia energética).
Promover medios financieros adaptados: la realización de un proyecto (construcción de edificios, puesta a nivel de infraestructuras de transportes, etc.) con una preocupación de eficacia energética implica en general una inversión suplementaria con respecto a un proyecto clásico. Es necesario entonces concebir mecanismos de financiación adaptados e incitar a las instituciones financieras a utilizarlas.
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FECHA DE PUBLICACIÓN: 1ro de abril de 2001