Hoy en día, numerosos conflictos en el mundo tienen todavía un vínculo más o menos directo con la cuestión territorial. Pueden agruparse en tres conjuntos, vinculados a la inseguridad del acceso a la tierra o a los recursos, a una distribución no igualitaria de la tierra, a las reivindicaciones de los grupos sociales o de los grupos étnicos que ejercen su poder sobre un territorio. De ahí provienen tres cuestiones centrales: la segurización de los derechos de los usuarios, el acceso a los recursos territoriales que permiten de alcanzar una optimización económica y social, el reconocimiento de las diversidades culturales e históricas.
Entre las propuestas expuestas para alcanzar estos objetivos:
Rehabilitar la reforma agraria como una política del Estado necesaria y primordial, en todos los países donde la distribución de la tierra no es igualitaria.
Buscar sistemáticamente la mejora de estos procesos de reformas agrarias, para no perder las oportunidades de contextos políticos favorables a su puesta en aplicación, lo que requiere un papel protagonista de las organizaciones de productores.
Poner en aplicación políticas de regulación de los mercados territoriales donde las desigualdades territoriales son mínimas y donde conviene administrar la evolución de las estructuras agrarias para permitir la evolución de las explotaciones campesinas.
Descentralizar en gran parte los mecanismos de gestión de los derechos individuales sobre la tierra, articulando los sistemas de catastro y de registros nacionales con mecanismos locales (municipalidades, organizaciones de productores, organizaciones indígenas.)
Construcción de instancias de gestión de territorio (entendido como bien común).Toma en consideración de los derechos múltiples y gestión de recursos naturales (madera, agua, biodiversidad).
Contacto
Réseau Agricultures paysannes, sociétés et mondialisation (APM)
FPH, 38, rue Saint-Sabin, 75011 Paris