Desde el año 2001, el Foro Social Mundial ha ofrecido una plataforma única para la expresión de grupos y redes activas en la lucha contra o en la elaboración de alternativas concretas frente a la globalización neoliberal. El foro emergió como un Nuevo tipo de acontecimiento, que respeta la diversidad bajo ciertos principios entre ellos la no violencia y la ausencia de grupos políticos. Los foros sociales, al contrario que las conferencias oficiales, no buscan alcanzar consenso sen formad e declaraciones generales o planes de acción. Ellos se describen mejor como “espacios de encuentro abierto para el el pensamiento reflexive, el debate democrático de ideas, la formulación de propuestas, el libre intercambio de experiencias y la interconexión para una acción efectiva, por parte de grupos y movimientos de la sociedad civil que se oponen al neoliberalismo y a la dominación mundial del capital y de cualquier forma de imperialismo, y se comprometen a construir una sociedad planetaria orientada a la emergencia de relaciones fructíferas en el seno de la humanidad y entre ésta y la Tierra”. Desde que se redactó la carta de principios, de la cual hacen parte estas palabras, y desde su adopción en junio del 2001, el Foro Social Mundial ha tenido la ambición de no ser solamente un acontecimiento localizado en un tiempo y un lugar, sino “un proceso permanente de búsqueda y construcción de alternativas”.
El primer Foro Social Mundial en Porto Alegre fue algo emocionante y relativamente desorganizado. La voz dominante fue claramente la de la protesta contra el neoliberalismo. El éxito más importante fue el de ser capaz de plantar cara al foro de Davos mostrando que “otro mundo es posible”. Fue hostil al principio a elaborar un debate constructivo, pero éste creció gradualmente en las ediciones posteriores. Se hizo también más evidente que era difícil para una sola persona tener una visión global del foro social mundial. Entre tantas redes participando, tantos temas de debate, tantos relatos de experiencias y prácticas... había necesariamente que escoger. Se hizo evidente también, en el tercer Foro Social Mundial en el 2003, con una afluencia de 100000 personas en Porto Alegre, que su crecimiento obligaba a una expansión geográfica, pues no había un lugar único que pudiera contener a todo el mundo, y a diferentes niveles de participación: algunos participantes se contentaban con escuchar a las figures anti-, o poco después alter-mundialización, otros se implicaban en redes que organizaban talleres y seminarios, que eran oportunidades para la denuncia, o para construir terrenos comunes de acción; muchos otros también participaban individualmente en talleres en los que podían simplemente discutir con otros delegados, mientras que los jóvenes asistían al Campo de Jóvenes, en una cantidad de pesadilla para los servicios de seguridad, pero bien autoorganizados. Allí ellos organizaban sus propios eventos, cerca de las tiendas donde dormían.
Mientras tanto, el proceso se ha extendido a escala continental, nacional e incluso local. Cientos de ciudades o regiones han celebrado sus foros sociales locales, todos los continentes (excepto Oceanía) celebran un evento anual, y también hay otros tipos de foros, los “foros temáticos”: Pero algunos líderes de redes, figuras de la sociedad civil, y simples participantes concernidos con la construcción de un proceso capaz de desafiar la mundialización corporativa, empezaron a entender que el crecimiento del Foro Social Mundial presentaba unas cuantas contradicciones que limitaban su eficiencia como instrumento para este proceso. El desafío más urgente parecía ser el de “mundializar el foro social mundial” desplazándolo fuera de Brasil, a otro lugar del mundo en desarrollo, para asegurar una participación mayor de delegados de otros países y contextos socioculturales.
El Foro Social Mundial en Mumbai fue una respuesta exitosa a ese desafío. Aunque fue preparado con un presupuesto 3 o 4 veces menor que el de Porto Alegre, su organización mantuvo el nivel de las ediciones anteriores, y la participación de grupos asiáticos fue masiva, grupos de India, Nepal, Japón, Corea. Este Foro Social Mundial tiene definitivamente un sabor diferente de los anteriores, más asiático pero también más popular que aquellos. Se celebraron grandes conferencias y seminarios con éxito, pero sin que éstos fueran el centro de atención más importante para muchos participantes. Para muchos delegados de grupos discriminados, dalits (intocables), minorías étnicas o travesties, fue al menos tan importante hacerse ver a través de manifestaciones a lo largo y ancho de las calles del recinto en el que se celebró el FSM; que organizar un gran seminario. Se registraron 5000 grupos de teatro, que presentaban actuaciones breves en espacios más o menos grandes o pequeños, instalados a propósito para el FSM. Muchas de estas actuaciones ilustraban, en hindi u otras lenguas asiáticas, la situación y los problemas que los participantes afrontan en la sociedad.
Una vez más la oposición a la guerra como tendencia reciente del imperialismo, fue el motivo de mayor consenso en el seno del FSM. Hasta entonces, sin embargo, los foros sociales no habían conseguido construir un tal consenso y fuerte visibilidad para con otros temas, e incluso menos un proceso progresivo de reflexión y acción debatido en tan poco tiempo durante los acontecimientos. Para muchos de los participantes más implicados en el proceso, la preparación del próximo foro social, tanto a través de los encuentros del Comité Internacional, en el caso de sus miembros, como por medio del grupo propio a cada cual, tiene lugar a un ritmo que no permite un intercambio adecuado ni encuentros intermediarios más concretos con grupos similares por su temática o filosofía. Para poder devenir una plataforma y un lugar de debate de alternativas, el Foro Social Mundial debería simplemente generar tiempo suficiente para que esas alternativas pudieran expresarse en encuentros más específicos. Unirlas para diseñar una alternativa global es también una tarea compleja y orgánica, que necesita más interacción progresiva entre grupos, movimientos y redes, y que se está llevando a cabo con bastante dificultad, después de 4 años de demostración, para muchos de nosotros, de que “Otro mundo es posible”.
Creo que este tipo de interacción es un proceso que está comenzando apenas, y que debería priorizarse su desarrollo. Para eso, nos hacen falta varios ingredientes:
Demostrar que podemos expresar, en lo cotidiano, una nueva cultura de tolerancia y cooperación. Como respuesta completa a los problemas actuales, sean estos sociales, ecológicos, económicos o culturales. No hay una única respuesta de todos modos. Solamente podemos construir lo que yo llamaría una “nebulosa de soluciones”, o si lo prefieren, un horizonte común, juntos.
Empezara usar nuevas técnicas de discusión a distancia, para poder discutir todos estos temas mientras continuamos nuestra acción cotidiana. Es esencial no separar la reflexión de la acción. Los que discuten y piensan deben también actuar, o deben representar a, y obtener la confianza de los que actúan.
Visualizar consensos emergente sen el seno del movimiento altermundialización. Más allá del rechazo a la guerra y a las políticas neoliberales, el principio de soberanía alimentaria y la necesidad de reforzar los bienes públicos mundiales parecen ser dos ejemplos de consenso que no se han publicitado o debatido suficientemente, más allá de los grupos que trabajan permanentemente estos temas.
Identificar puntos de fuerza estratégica para el cambio y la bifurcación, a partir de las pautas que la humanidad sigue actualmente, que son en su mayoría insostenibles.
En un estadio posterior, este proceso mundial debe ser suficientemente maduro como para construir planes de acción que respeten la diversidad pero maximicen los efectos de las complementariedades entre prácticas y tengan en cuenta las prácticas y principios emergentes, así como la identificación de puntos fuertes.
Nota:
El autor ha participado en todos los Foros Sociales Mundiales y Europeos desde el 2001. Ha producido un documental sobre el primer Foro Social Mundial (“Otro mundo es posible”, 28”, 2001, en francés y portugués). Ha organizado el panel y los talleres sobre comercio justo y consumo ético ene l Foro Social Mundial de 2003, tres seminarios y talleres sobre comercio justo ene l Foro Social Mundial de 2004. Forma parte del Polo de Socioeconomía Solidaria de la Alianza para un Mundo Responsable, Plural y Solidario, una de las mayores redes participantes en los foros sociales, desde 1999.
Referencias:
ALOE
El autor es la tercera persona desde la izquierda. La sección documentos muestra un informe sobre la tabla redonda que se organizó.
INFORMACIONES COMPLEMENTARIAS
Enlaces :
L@s aliad@s en el FSM
El Foro Social Mondial
Lecturas: