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  DECLARACIÓN DE QUITO
             
  Primer Encuentro de Movimientos Alternativos
Quito, Ecuador (15-17 diciembre 1999)

   
 


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Antecedentes


El desarrollo de la sociedad moderna impuesta en los últimos tres siglos a nivel mundial está llegado a su propio agotamiento en términos económicos, sociales, ambientales, políticos, del conocimiento, de la interpretación del mundo y del sentido último del acontecer histórico. Más que en ninguna época de la humanidad, se han acentuado las desigualdades sociales, se ha producido un agotamiento de los recursos naturales, la tierra (la pacha mama, en la denominación quichua) y la biosfera. Más que en ninguna otra época, en las últimas décadas, las formas de organización impuestas basadas en la homogeneización social, política, cultural, han perdido su eficacia y lo que, es más importante, han perdido el sentido histórico que funda y anima el mundo de la vida social.

La sociedad capitalista liberal de fines del milenio ha entrado en una fase de descomposición no solamente material sino de la falta de sentido ético. No en vano, a las puertas del 2.000, a la crisis económica, social y política manifiesta en todas partes, se une una crisis más profunda. Esta crisis de carácter ético, unida a crisis en otros ámbitos ha generado un incremento de la opresión, dominación y explotación. Sobre todo, de la violencia, de la cual la guerra es su expresión más siniestra. Tanto una como otra se han convertido, en las últimas décadas, en las formas de sostenimiento de un sistema que en todos los países demuestra su propia imposibilidad histórica, tal el caso de Chiapas en México, o de Colombia en América del Sur.

Ante el esfuerzo homogeneizador a nivel planetario sostenido por la violencia y la guerra y ya no solo por el mercado, se han desatado las voces que claman por la diferencia, la multiplicidad, la diversidad. Se han desatado las voces y las luchas de los múltiples sujetos de la sociedad civil“, de los “otros” que conforman la diversidad social en los distintos países y lugares del planeta. Y, ante el intento de construir una identidad basada en los valores de una sociedad capitalista caduca, han emergido las luchas por otras identidades, por ratificar identidades negadas, pospuestas o desconocidas. Finalmente, frente al intento de generar y mantener un sentido único de la sociedad capitalista, se han desatado otros sentidos que surgen del mundo de la vida, los cuales están fundando nuevos referentes éticos en cada uno los distintos órdenes.

Las voces de las víctimas de la sociedad capitalista liberal de América Latina que luchan por la paz y la justicia, referentes básicos del sentido ético - social de nuestros países, se han reunido en Quito entre los días 15 16 y 17 de Diciembre de 1999, para conversar, discutir, intercambiar experiencias y fundar utopías. Luego de tres días de intensa actividad en reuniones generales, y mesas de trabajo, declaran, finalmente:

Declaración

  1. La racionalidad destructora y arrasadora del Neoliberalismo, que ha empujado al planeta y a la humanidad hacia el abismo de una crisis sin precedentes, hacia una verdadera crisis civilizacional, es la expresión obscena de la crisis de los límites económicos, de la pobreza, de la desigualdad social, de la desesperanza humana, de los desequilibrios ecológicos y de la propia sustentabilidad del planeta. Es la crisis de un modelo de vida y pensamiento, del pensamiento occidental, que ha sido el soporte de la hegemonía irracional y antiética del capitalismo, que implantó una forma de dominación destructora sobre todas las formas de vida, sobre todas las culturas, aniquilando su diversidad y los ecosistemas naturales.
  2. Nuestra definitiva y militante oposición a los principios del Modelo Neoliberal sostenido en la magia omnipresente y ciega del mercado, en la prevalencia de la mutilante visión economicista e instrumental y en la ceguera de un racionalismo desencarnado, que generó la fragmentación de la realidad y del mundo, la insolidaridad de un individualismo sin sentido, la subordinación de los saberes populares a una concepción homogeneizadora que destruye la diversidad e ignora la construcción histórica de todas las etnias y culturas.
  3. La falacia del totalitarismo imperante se ha convertido en escombros ante los nuevos sentidos de una humanidad y un mundo que luchan por emanciparse fortalecidos con los afluentes amorosos del diálogo de saberes, del imperio fraternal de lo ético, de la repoetización creativa de la solidaridad humana y de una entrañable relación respetuosa entre sociedad, naturaleza y conocimiento.
  4. La paz es el ámbito de las sociedad civil libre, la violencia y la guerra son las formas de dominación impuestas desde la política y el Estado. La irrenunciable y obstinada búsqueda de la Paz, como lo ha demostrado el Primer Encuentro de Movimientos Alternativos de América Latina, es el campo fértil donde florece el templo de la dignidad humana, fecundada en los territorios de la pluralidad de identidades y en las caudalosas corrientes de todas las creencias espirituales.
  5. Una de las formas de violencia y opresión son las cadenas impuestas a nuestras sociedades a través del pago de la deuda externa, que agudizan el empobrecimiento material de nuestros pueblos y atentan a la seguridad social. Este Encuentro apoya todas las acciones encaminadas a lograr que el dogal de la deuda externa sea roto y que, desde la sociedad civil, se puedan ir configurando nuevas formas de seguridad social en los ámbitos de la economía, la educación, la salud.
  6. La diversidad cultural en América Latina es una riqueza social de nuestros pueblos. Es una herencia que atraviesa las vivencias, sabidurías, conocimientos ancestrales, expresado en las distintas lenguas, en las formas de vida, en las formas de vestir y alimentarse, en el arte, en la música, en las maneras de cultivar la tierra. La diversidad es la única forma en donde pueden caber todos los mundos.
  7. La tierra no es el mero soporte para la producción y acumulación de la riqueza como sostén de flagrantes iniquidades e injusticias, sino que es la casa común en la que la humanidad, sin exclusiones, deberá realizar los sueños irrenunciables de su destino, de sus luchas por la justicia, de sus búsquedas de la felicidad y el bien común. La tierra no es propiedad de nadie, es un bien común. Es el referente de nuestros pueblos. Luchar por la tierra y todos los recursos naturales es luchar por la justicia, por nuestra cultura, por nuestra vida.
  8. Los participantes rechazamos de manera frontal y decidida la propuesta neoliberal de flexibilizar el mercado laboral que únicamente ha servido para desplazar y dejar en la miseria a millones de trabajadores de América Latina. Condenamos el desmantelamiento y privatización de los servicios públicos que afectan especialmente a la población más pobre de los países del continente. Denunciamos que se trata de una iniciativa contra los sistemas más elementales de seguridad y protección social.
  9. La Educación debe convertirse en el espacio de construcción de nuevos sentidos e impugnación al modelo occidental de conocimiento, ciencia y tecnología caracterizados por la producción de modelos simplificadores de la realidad, con propósitos de aplicación fragmentaria y reduccionista, incapaces de comprender la compleja realidad de la vida, de la naturaleza, de la cultura y del ser humano. Postulamos la necesidad de avanzar en un nuevo proyecto educativo fundado en la racionalidad ética, en la construcción colectiva del saber por intermedio del diálogo de saberes y en una pedagogía que movilice democráticamente a los actores sociales para la reconstrucción y reapropiación del mundo, con el objetivo de hacer posible que la Tierra pueda convertirse en la casa de todos y la humanidad en Humanidad.
  10. La lucha es la única forma de alcanzar la paz y lograr la justicia. Este encuentro apoya la lucha de la sociedad civil internacional en contra el neoliberalismo y la Organización Mundial de Comercio, y apoya las acciones que concluyeron con el fracaso de la Ronda del Milenio, iniciando los albores, a partir de Seattle, de la búsqueda de nuevos caminos solidarios para la Humanidad.
  11. Este Encuentro apoya también las luchas liberadoras que se expanden esperanzadoras en América Latina desde la Selva Lacandona hasta los territorios del Cono sur, en tierra de los Mapuches. Especialmente apoya la lucha que realizan los pueblos indígenas de la Amazonía, para que esta región sea considerada patrimonio natural y cultural imprescriptible de los pueblos de la región y no el coto destructivo de la racionalidad economicista y tecnológica del mercado.
  12. Cuba es el único país soberano del continente. Su dignidad debe merecer la solidaridad de los movimientos sociales latinoamericanos. Condenamos enérgicamente el bloqueo económico y las agresiones emprendidas por el gobierno norteamericano contra Cuba que son uno de los símbolos más degradantes de la política estadounidense de dominación del continente.
  13. Los movimientos sociales del continente reunidos en Quito rechazamos categóricamente la intervención militar extranjera hacia el territorio de Colombia y nos solidarizamos con su pueblo que combate frontalmente el neoliberalismo y ratificamos que son los colombianos los únicos que tienen el derecho incuestionable de decidir, por sí mismos, su destino.
  14. Los participantes a la reunión condenamos la política genocida de la guerra de baja intensidad y paramilitarización, pues son el instrumento encubierto para asesinar y dividir las comunidades y desplazar a poblaciones enteras de sus territorios. Denunciamos estas estrategias como mecanismos de los poderes del mercado y los gobiernos para ejercer un estado de guerra permanente contra los pueblos, en particular, Colombia y México.
  15. El Ecuador atraviesa la peor crisis de su historia. Desde la encrucijada de esta crisis seguramente se va a refundar el nuevo Estado democrático sostenido en las identidades plurales y vigorosas de la sociedad civil. Este Encuentro apoya la lucha de los movimientos sociales ecuatorianos, sus iniciativas, sus propuestas, sus utopías. Especialmente la lucha de los pueblos indígenas y el pueblo negro por sus derechos culturales y colectivos. Apoya, igualmente, las nuevas alianzas entre los distintos actores y sobre todo, con el emergente y dinámico movimiento sindical.

Propuestas

  1. Crear un frente de lucha de carácter internacional que coordine las alianzas y acciones conjuntas de los movimientos sociales del continente y que de continuidad al resto de acciones propuestas en Quito.
  2. rear redes de movimientos sociales: indígenas, campesinos, sindicales, ecologistas, mujeres, etc. que actúen coordinadamente, organizándose, solidarizándose, intercambiando experiencias de lucha.
  3. Organizar encuentros, mesas redondas, en diferentes países de América Latina, que nos permitan conocer las problemáticas de la diversidad nacional y de los pueblos.
  4. Organizar el Primer Encuentro Intercultural de los Pueblos Indígenas de la Amazonía sobre diversidad cultural a realizarse en Ecuador, como parte de la Agenda del 2001.
  5. Tejer una red de culturas de América Latina para realizar un encuentro cultural continental.
  6. Buscar la generación de un fondo económico y un ente internacional que difunda por todos los medios las propuestas de integración latinoamericana de la sociedad civil.
  7. Crear Comités que difundan las experiencias de economías solidarias generadas en el continente y que se encarguen de capacitar a las personas, mejorar los niveles de calidad de los productos de las empresas alternativas y propicie la redistribución de las diferentes formas de capital: económico, social, cultural.
  8. Apoyar la marcha sobre la deuda externa declarada en la ciudad de Belén, en el Segundo Encuentro Americano por la Humanidad y contra el Neoliberalismo.
  9. Apoyar las acciones de la Coordinadora de Comunidades Mapuches Arauco-Mayeco y propiciar un encuentro de movimientos sociales en Chile como parte de la Agenda del 2001.
  10. Apoyar activamente la primera Huelga Continental decretada como parte de las acciones de la Agenda 2001.
  11. Apoyar las acciones de la Carpa Blanca y del Movimiento de Educadores del Cono Sur, como parte de la Agenda del 2001.
  12. Apoyar y difundir en todos los espacios las acciones del movimiento zapatista de México, y coordinar acciones internacionales de solidaridad en los distintos ámbitos. Exigirle al gobierno mexicano el cumplimiento de los Acuerdos de san Andrés firmados el 16 de febrero de 1996, tal como quedaron planteados en la propuesta de reformas de la Cocopa, que fue rechazada por el gobierno en diciembre del mismo año. Además exigirle el cumplimiento de las cinco condiciones planteadas por el ezln para la reanudación del diálogo:
    1. Liberación de todos los presuntos zapatistas presos.
    2. Un interlocutor gubernamental con capacidad de decisión
    3. Impulso a la Comisión de Seguimiento y Verificación.
    4. Propuestas serias y concretas para la mesa 2 sobre Democracia y Justicia y compromiso de llegar a acuerdos.
    5. Fin al hostigamiento militar y paramilitar contra los pueblos y comunidades indígenas..

  13. Apoyar las acciones que se están realizando en las diversas partes del mundo contra el neoliberalismo y la globalización, así como las acciones emprendidas por la Alianza para un Mundo Solidario y Responsable.
  14. Apoyar las acciones del Movimiento Brasil: 500 Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular y realizar esfuerzos para darle dimensión continental y promover un definitivo rechazo al legado colonial.
  15. Saludamos la devolución del Canal de Panamá a la República de Panamá y denunciamos la creciente presencia militar de Estados Unidos en América Latina como particularmente lo demuestran las bases militares instaladas recientemente en Bolivia y Ecuador con la seria amenaza que ello significa para la paz, la libertad, la justicia y la democracia de la región.
  16. Estamos decididos a poner fin a los actos de barbarie, donde se presenten, para lo cual nos proponemos tejer una red de luchas y resistencias a fin de construir un mundo donde quepan todos los mundos, un mundo en el que la paz con justicia y dignidad permita a todos y cada uno de los seres humanos, nacidos o por nacer, acceder a los niveles mínimos de bienestar y felicidad, pues de lo contrario más y más pueblos se levantarán en armas para derrocar la tiranía y la opresión de la que actualmente son objeto.

Dada en Quito a los 17 días del mes de diciembre de 1999, a las 4:00 de la tarde.
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