Las 3 primeras
partes :
- Evaluación y Visión de Futuro
- Propuestas y Proyectos
- Informe del proceso participativo sobre
evaluación y futuro de la Alianza
- Segunda
etapa de la Alianza :
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Segunda etapa de la Alianza
Por Pierre Calame pic@fph.fr
Primera aportación a una reflexión
colectiva
19 de febrero de 2003
B/ La fuerza y los puntos débiles que la Alianza posee
en la actualidad con respecto a la evolución de los retos
mundiales:
2. Los puntos débiles
a) Persiste la separación entre los aliados y entre las distintas
iniciativas. Debido a la distancia y a la dispersión de los puntos
de interés, los aliados no se comunican mucho entre sí. A menudo,
el llamamiento al diálogo no suscita muchas reacciones, muchas veces
por falta de tiempo. A pesar de lo que indica su nombre, la Alianza
aparece a menudo como una yuxtaposición de personas, de movimientos
y de iniciativas unidos por una serie de razonamientos, intuiciones
y aspiraciones comunes pero que no por eso forman un auténtico tejido
social vivo. Las prioridades y las limitaciones de unos y otros
son demasiado diferentes para que actúen fácilmente de manera conjunta.
El ejemplo de los talleres del polo socio-económico, en los que
se ha llevado a cabo un verdadero trabajo de interconexión y de
transversalidad, ponen de manifiesto que el aislamiento no se rompe
por sí solo; esto sólo se consigue con acciones enérgicas, métodos,
y medios humanos y económicos en las proporciones adecuadas.
b) Desde hace un año, la comunicación entre los aliados se ha apoyado
demasiado en Internet y el sitio web por falta de tiempo, recursos
humanos y dinero. Durante este período intermedio nos hemos visto
obligados a interrumpir la publicación de la revista Caravana. Quienes
la recibían gratuitamente no han querido contribuir a la financiación
de la misma como se ha podido constatar tras el fracaso de la campaña
de subscripción. También hemos interrumpido temporalmente el boletín
"¿qué hay de nuevo?" que servía para informar con asiduidad a los
aliados de cuáles eran las actividades en curso. La información
pasa por la FPH, que sigue desempeñando un papel central en las
tareas de redifusión. Si bien al principio el correo electrónico
parecía ser una herramienta adaptada a nuestras necesidades, el
éxito acaparador del mismo se ha convertido en un punto débil. Todos
los que tienen acceso al correo electrónico reciben avalanchas de
mensajes. En esas condiciones resulta difícil conseguir que la información
relativa a la evolución de la Alianza sobresalga si no está bien
estructurada ni resumida. En cuanto a Internet, cabe decir que se
adapta bien a la necesidad de estructurar la información pero acentúa
la fractura numérica entre quienes disfrutan de un acceso a Internet
fácil y económico y quienes no disponen de las mismas facilidades.
Internet tampoco resulta adecuado para divulgar información con
regularidad. A partir del momento en que la FPH decide dejar de
apoyar la publicación de los boletines informativos, la Alianza
tiende a disgregarse.
c) Esta constatación pone de relieve otros dos hechos: el costo
de funcionamiento, del "mantenimiento" de la Alianza y la postura
pasiva de muchos de los aliados con respecto a dicho funcionamiento.
El mantenimiento de un sistema de información estructurada y multilingźe
que asocie a la vez información de fondo, como los cuadernos de
propuestas, experiencias o información que debe irse actualizando,
como las direcciones de los aliados, noticias de actualidad y espacios
de debate, representa un costo fijo de funcionamiento y de mantenimiento.
Para reducirlo es preciso que todos los aliados desempeñen un papel
activo en la elaboración y la estructuración de la información aunque
hay que reconocer que lo normal es que los gastos de funcionamiento
corran a cargo de la FPH.
d) El voluntarismo con el que la FPH se comprometió a intervenir
en la formación de los grupos socio-profesionales, en la preparación
de los cuadernos de propuestas y en la preparación de la Asamblea
Mundial suscitó incomprensión por parte de muchos aliados. Esta
estrategia ya se les había expuesto y explicado a todos en 1996
pero dicha explicación no bastó. Sin lugar a dudas, la posición
central de la FPH en el seno de la Alianza ha provocado muchas confusiones.
Tampoco se ha interpretado adecuadamente la relación existente entre
los cuadernos de propuestas y los debates en el seno de la Asamblea
Mundial de Ciudadanos. La preparación de la Asamblea Mundial generalizó
la aplicación y el respeto de un calendario, condición esencial
para la producción de los cuadernos de propuestas. El objetivo de
la Asamblea no era debatir sobre esos cuadernos sino establecer
un diálogo intercultural e interprofesional mucho más amplio. En
ese caso tampoco bastaron las explicaciones por escrito. Muchos
de los aliados habrían preferido que la Asamblea mundial de ciudadanos
fuera una especie de Asamblea general de aliados y que las discusiones
en el seno de la Asamblea tuvieran como punto de partida los cuadernos
de propuestas. Por consiguiente, es preciso aliviar la amargura
que algunos han experimentado y reflexionar sobre cómo deben enfocarse
en el futuro las discusiones relativas a las estrategias planteadas.
e) Sin lugar a dudas, el aislamiento y la novedad son los factores
que han hecho que los cuadernos de propuestas y el esfuerzo de sintetizarlos
con objeto de determinar las prioridades comunes que deben ponerse
en práctica en el siglo XXI no hayan sido bien asimilados por todos
los aliados. Por un lado, pocos son los que disponen de tiempo y
capacidad para absorber todo el material existente y hacer su propia
síntesis. Por otro lado, no todos están dispuestos a adoptar y hacer
suya una síntesis que haya corrido a cargo de la fundación (en el
caso del trabajo sobre los cuaderno de propuestas), o a mi cargo
(en el caso de la síntesis de la Asamblea Mundial de Ciudadanos).
Aún no hemos encontrado la manera de pasar colectivamente de la
etapa de diagnóstico compartido a la de propuestas compartidas.
De hecho, aun cuando existe un dispositivo estructurado de elaboración
colectiva de síntesis, como ocurre en el caso del polo socio-económico,
resulta difícil conseguir que todos hagan suyas las conclusiones.
Llegar a esta asimilación colectiva es uno de los principales desafíos
de la segunda etapa.
f) El enfoque temático es el más sencillo. Hasta ahora, el enfoque
geocultural, con la formación de grupos locales o regionales, exceptuando
el caso notorio del grupo de Sao Paulo, no ha sido concluyente.
Por citar un ejemplo, no supimos establecer un enlace adecuado entre
la Caravana africana y los aliados presentes en los diferentes países
que formaban parte del recorrido. Tampoco hemos sabido mantener
los lazos que se crearon en la Asamblea Continental Europea y que
parecían bastante prometedores.
g) ¿Acaso la Alianza consiste sólo en pronunciar bonitos discursos?
¿Es incapaz de dar lugar a acciones concretas que lleven a la transformación?
¿Que relación existe entre una reflexión a nivel mundial y las acciones
locales? A lo largo de la primera etapa de la Alianza, se ha llevado
a cabo el esfuerzo de actuar teniendo en cuenta las experiencias
e innovaciones que nos rodean, teniendo en cuenta acciones concretas,
a fin de realizar una puesta en común de las mismas y elaborar perspectivas
más amplias; no obstante, la falta de institucionalización de la
Alianza a nivel local ha frenado la visibilidad de los compromisos
de las diferentes partes y esto ha impedido que la Alianza haya
expuesto un punto de vista común. Muchos aliados han sufrido por
ello, y ahora que ya se han elaborado los cuadernos de propuestas,
el reto que se nos plantea es traducir estas propuestas en estrategias
de cambio y en acciones locales.
h) La idea de concebir un modo de funcionamiento que sea diferente
del de los movimientos asociativos políticos o sindicales tradicionales
seguramente cuenta con más partidarios ahora que hace tres años;
en todo caso, la cuestión de la gobernanza de la Alianza sigue pendiente.
i) Asimismo, está sobre el tapete la cuestión relativa al lugar
que debe ocupar la FPH en el seno de la Alianza. La FPH ha manifestado
su voluntad de no "dejar de lado" a la Alianza. Cree que tiene el
deber de asumir una responsabilidad moral por lo que se refiere
al proceso que ella misma ha creado e impulsado en gran medida.
En un plazo muy breve, la FPH va a precisar cuáles son sus orientaciones
y prioridades con respecto a la Alianza. Es su deber, pero si los
aliados no aportan una visión coherente con miras a la segunda etapa,
la FPH tendrá que definir su estrategia por su cuenta, y, de momento,
esta visión aún no ha aparecido.
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