La escuela pedagógica y sindical Marina Vilte del sindicato Argentino CTERA (Confederación de Trabajadores de Educación de la República Argentina) está recogiendo, paso a paso, los frutos de sus 15 años de trabajo. Marina Vilte no sólo ha defendido los derechos de los profesionales de la educación y resistido, junto con la CTERA, a la ola neoliberal de los años noventa que se vino por encima de Argentina. También ha ensanchado su vista de la responsabilidad, abierto nuevos caminos en el pensamiento epistemológico y científico, ha capacitado — y sigue capacitando — para un enfoque ambiental al conocimiento y está promoviendo propuestas de cambio.
¿Y cómo lo ha hecho? Los ejes de acción de la escuela sindical son:
Participar en la emergencia de un pensamiento ambiental latinoamericano, como con el “Manifiesto por la Vida. Por una ética de la sustentabilidad”. Este manifiesto ofrece una propuesta de renovación profunda del contrato social. Al equipo de Marina Vilte le gustaría ponerlo en debate entre los diferentes medios sociales, por ejemplo entre las escuelas, junto con la Carta de la Tierra y la Carta de Responsabilidades Humanas, que constituyen, como resaltado por Guillermo Priotto, los “tres procesos consensuales fundamentales para volver a definir, por lo que se refiere a la ética, las responsabilidades de la humanidad en el planeta.”
Contribuir, junto con actores de integración regional como Mercosur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), a debates sobre el desarrollo, la ética y el medio ambiente.
Capacitar, a nivel nacional, profesionales de la educación y líderes sociales con una variedad de cursos superiores de capacitación en educación ambiental para el desarrollo sustentable, y en educación e investigación científica. Los capacitados han irrigado hoy todo el territorio argentino bajo forma de redes de maestros y profesionales de la educación. Se han celebrado hasta la fecha dos convenciones nacionales para extender la difusión de los trabajos y compartir las experiencias.
Participar en iniciativas para reformar los planes de estudios universitarios en los campos de ciencias médicas y de agronomía.
Desarrollar una política pública para la educación ambiental dentro del secretariado de medio ambiente y de desarrollo sustentable del gobierno argentino.
Su acción está contribuyendo a cambiar direcciones en Argentina y en la sub-región
¿Hay cambios mensurables? Probablemente. La visión del mundo y los sistemas de ideas están claramente en cuestión en las crisis actuales de los estilos de vida, la gobernanza y el desarrollo, y reformar las ideologías contribuirá claramente a construir alternativas en el largo plazo. Y ahí, precisamente, es donde se encuentra la contribución hacia el cambio del proyecto: en el punto de una reforma profunda, profundamente arraigada y colaborativa del conocimiento.
Esta reforma está aún por convertirse en acción colectiva, tomar el camino de la experimentación, llegar al “campo”, retroalimentar el conocimiento y construir un poder colectivo capaz de construir el “ventarrón definitivo que le pueda dar vuelta a la historia,” como lo dice bien Carlos Galano. [1] No hay duda que caminos se han abierto y han surgido progresivamente en Argentina gracias a la capacidad de la escuela Marina Vilte de formar enlaces de confianza con todo tipo de actor y de colocar su proyecto de difundir conocimiento en el largo plazo y a través de todo el territorio argentino. Hay experiencias piloto, y también promotores de alternativas. En el futuro, se tendrá que intensificar las relaciones, reforzar el poder estructurativo de la redes de la escuela, nutrir el trabajo en forma de alianza y buscar nuevos recursos financieros. El diálogo y la puesta en común de las propuestas de la escuela Marina Vilte con otros sectores sociales es otra prioridad. La última convención que organizó en Argentina en octubre de 2006 resaltó la interdependencia de esta reforma del conocimiento con otra dinámica estructural: la de la renovación de los enfoques y las formas de la gobernanza. [2].
Unir los esfuerzos y provocar un “efecto de valle”
Este esfuerzo se está ahora juntando con otra dinámica dentro de la sociedad argentina: las dimensiones ambientales están cada vez más presentes en el agenda político – no sin revelar fuertes contradicciones; la demanda social se está ampliando para incluir el medio ambiente y la protección de los recursos naturales. Uno de los ejemplos más reflejados por los medios de comunicación y más espectaculares ha sido la oposición de la asamblea ciudadana de la ciudad de Gualeguaychú contra el proyecto industrial de la compañía Botnia en las orillas del río Uruguay; otro es que el gobierno argentino acaba de asociar Marina Vilte con el desarrollo de una política pública sobre la educación ambiental.
Falta camino antes de que surjan verdaderos actores colectivos quienes puedan influir en el futuro. Las barrancas y los arroyos parecen estarse juntando ahora en el surco fecundo del valle y ampliando la cama del torrente.
Utilizar el capital conceptual y metodológico de Alianza 21 puede facilitar estas dinámicas
La acción de Marina Vilte y la oportunidad de concebir una política pública sobre la educación ambiental tienen que enfrentar por lo menos cinco desafíos metodológicos:
construir una política pública legítima, democrática y eficaz que pueda poner el acento en el manejo de un proceso, dialogar con diferentes actores sociales y hacer interactuar de forma creativa la unidad y la diversidad;
estructurar el almacenamiento y la gestión de la información y compartirla a través de Internet y otros formatos digitales;
compilar y capitalizar la experiencia y el pasaje de la experiencia al conocimiento;
construir vínculos entre las diferentes propuestas y análisis;
buscar cofinanciamiento.
¿No son éstos los ejes principales al centro de la construcción de Alianza 21? ¿Coincidencia o ilustración de las características estructurales subyacentes de toda acción colectiva? CTERA había de hecho participado en el debate: había entrado en Alianza al participar en los Grupos de trabajo sobre la educación y sobre los sindicatos entre 1994 y 2001.
Expresar los desafíos es una cosa, asumirlos es otra: actuar en un medio donde las agendas electorales, las márgenes de innovación, la inercia de las instituciones, los canales de decisiones y aquéllos del poder, movilizar recursos humanos y financieros, todo aquello fluctúa cada día y resulta ser más un desafío acrobático que una simple tarea de planificación. Traversées, en su larga escala argentina, está intentando apoyar al equipo en esta aventura con la experiencia de Alianza 21 y la Fundación Charles Léopold Mayer, y su capital metodológico y conceptual.
Buenos Aires, Argentina, 27 de julio de 2008.
Fotografía de Kimberly Faye, licencia Creative Commons
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