Número 5 | Abril 2000 | |||
Sumario
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Correo de los Aliado(a)s ¿Hemos empezado a hablar un nuevo idioma? "Un mito celta cuenta como, hace mucho tiempo, todas las formas de vida terrenal compartían un mismo lenguaje. Hasta que un dios furioso arrebató ese lenguaje a los humanos como castigo por la pobreza de sus argumentos, por sus celos, por su mezquindad. Desde entonces los seres humanos carecieron de la capacidad de comunicarse entre sí y con otras formas de vida. Las graves consecuencias de esta situación se han manifestado a lo largo de este turbulento, conflictivo y violento siglo. ¿Cómo retornar al estadio anterior? ¿Podemos crear una concepción del mundo que pueda englobar a todas las culturas? Una visión que trascienda las diferencias raciales y religiosas, las fronteras, las diferentes geografías y las ideologías; una perspectiva que garantice que el futuro será una época de paz y abundancia, de esperanza y felicidad. Ha llegado el momento. Se ha alzado la luna. Pero, ¿podremos realizarlo antes de que la luna se desvanezca al despuntar el nuevo día?" (Cita de: «The Right to Hope: Global Problems, Global Visions - Creative Responses to our World in Need», Earthscan Publications, 1995) Este párrrafo fue escrito unos años antes de concluir el siglo y entrar en el nuevo milenio. Un tiempo en que, como habíamos soñado, se acabarían los conflictos, las enfermedades, el hambre y la injusticia que habían dominado el siglo XX. Transcurridos ya los tres primeros meses de este nuevo milenio, ¿han cambiado las cosas? ¿hemos empezado a hablar un nuevo lenguaje? No me refiero a nuestra lengua materna ni la lengua que nos enseñaron en el colegio, que aprendimos de nuestros familiares o que adquirimos en la calle, sino el lenguaje que atraviesa las culturas y las fronteras, que trae consigo una concepciónn del mundo y que nos transmite la posibilidad de transformar nuestros sueños en realidades. Nosotros, que hemos vivido este periodo histórico casi único, no podemos limitarnos a ser meros testigos de lo que ha acaecido, sino que debemos retener este conocimiento y convertirnos en unos visionarios, que deberán ser los artífices de lo que se pueda conseguir de ahora en adelante. Es probable que con esta tarea creemos un nuevo lenguaje de unidad y de entendimiento donde las diferencias y las divisiones sean más loadas que criticadas y donde la injusticia y los desequilibrios de poder sean meros recuerdos de tiempos pasados registrados en los libros de historia del milenio pasado. Gráinne Kelly (Irlanda del Norte) |