Número 5 | Abril 2000 | ||
Sumario |
Alianza en movimiento La primera reunión del Equipo Internacional de Animación que tuvo lugar en Barcelona en setiembre de 1999 subrayó la importancia de las asambleas continentales previstas para junio del 2001. En Bangalore, los informes sobre las diversas dinámicas continentales en curso nos han mostrado que, bajo formas diversas, se ha dado un seguimiento concreto en los distintos continentes y que ha habido un progreso prometedor en todo lo que se refiere a la preparación de los encuentros continentales. En Bangalore, afrontamos las formas de relacionar la dimensión internacional con las otras dos vías de la Alianza (colegial y temática) y de insertarlas en un proceso más amplio, que incluye la Asamblea mundial. Acordamos que la fecha de la Asamblea mundial fuera diciembre del 2001 y que necesitábamos estudiar más en concreto si era factible celebrarla en la India/Bangalore. Las asambleas continentales ya están previstas para junio del 2001. El conjunto de esos encuentros expresará la voluntad de los aliados de construir un civismo planetario en los albores del nuevo siglo y del nuevo milenio. Acontecimientos recientes como los de Seattle nos confirman que el proceso de la Asamblea de la Alianza llega en un buen momento. Cada vez son más los que sienten la necesidad de construir una sociedad civil global capaz de definir su propia agenda y de enfrentarse a los retos de la globalización. Proponemos cambiar el nombre por el de un Mundo, Plural, Responsable y Solidario. Además proponemos denominar al conjunto del proceso comprendido entre el 2000 y el 2001 Asamblea por un Mundo Responsable, Plural y Solidario. De este modo, cada encuentro o actividad local podrá denominarse de acuerdo con la idiosincrasia del lugar, por ejemplo, «Caravana Africana de la Asamblea por un Mundo, Plural, Responsable y Solidario». Este nombre podría utilizarse para los acontecimientos y los documentos que genere el proceso del 2001. [...] llegamos a la conclusión de que deberíamos desarrollar el aspecto «colegial» para reflejar la diversidad de puntos de vista imperantes entre los distintos sectores socio-laborales. El principal escollo que obstaculiza ese objetivo es la dificultad que tienen los aliados en ponerse en contacto con algunos de esos sectores socio-laborales. Por ello esperamos un esfuerzo especial por parte de todos los aliados para identificar a las personas e instituciones pertinentes en sus países respectivos. En particular, debería hacerse un esfuerzo específico mayor para alcanzar a los grupos que están ampliamente infrarrepresentados en el proceso en curso. La Alianza no sólo se circunscribe a sus firmantes sino que ha evolucionado hacia un proceso social amplio, diverso e inesperado. Los aliados no sólo son los 2300 firmantes de la Plataforma, sino los varios millares de personas implicadas en procesos apoyados o iniciados por los aliados. Como consecuencia de ello, nos enfrentamos a una situación imprevista y a un nuevo reto: el proceso asambleario del 2000-2001 deberá abrirse y alcanzar a sectores que estén más allá de la Alianza y relacionarse con otras iniciativas y dinámicas sociales. Hemos estudiado la situación actual de la Alianza. Esto ocasionó un número considerable de avances en lo que se refiere a la definición de las estrategias que debemos adoptar hasta diciembre del 2001.
Para enero del 2001 deberemos saber qué tipo de personas participarán en la Asamblea que tendrá lugar en diciembre del mismo año. Primero necesitamos identificar a la gente más destacada en determinados temas de distintos países y colegios con la que ponernos en contacto. Segundo, estos participantes no solo serán invitados de un modo formal (por carta, etc.) sino que nos pondremos directamente en contacto con ellos a través de los aliados. En tercer lugar, estos participantes deberán ser informados para que puedan comprometerse en el proceso que nos deberá conducir a la Asamblea mundial del 2001, por ejemplo a través de su participación en encuentros anteriores al de diciembre del 2001. La animación es clave en el proceso de preparación del proceso a desarrollar entre el 2000 y el 2001. Se trata más de una cuestión de prácticas y de relaciones humanas que de un asunto de estructuras y aparatos organizados. De ahí que sea importante identificar a la gente que pueda facilitar la comunicación y mantener los lazos con otras aliadas y aliados, puesto que muchas personas que se dedican a las tareas de dinamización temática, geocultural y colegial no tienen el tiempo o la voluntad de acercarse a la práctica de otros aliados y a las dinámicas de la Alianza que tienen lugar fuera de sus áreas de interés. Todas los talleres temáticos deberían trabajar con vistas a los encuentros continentales que, a su vez, contribuirán a preparar la asamblea mundial. El proceso que tendrá lugar entre el 2000 y el 2001 es un proyecto amplio, complejo y ambicioso. Será factible si cada iniciativa de tipo geo-cultural, temática o colegial mantiene su autonomía. En cualquier caso, cada iniciativa puede ser apoyada por el resto del proceso, al tiempo que la información sobre el resto de las iniciativas en curso será integrada independientemente del grado de desarrollo que hayan alcanzado. Ello vuelve a poner de relieve la importancia de las personas que mantengan los contactos. Basándonos en nuestra propia experiencia pasada, estamos convencidos de que los acontecimientos se desarrollan mejor cuando se basan en el compromiso personal de una o varias personas que cuando se confían a la responsabilidad oficial de una "comisión". [...] Dentro de la Alianza, ser responsable de una iniciativa, una acción, un taller, etc no puede convertirse en una forma de poder sino una cuestión de responsabilidad. Lo que andamos buscando como resultado del proceso del 2001 es la consecución de «avances», pasos significativos, es decir, concentrarnos en las perspectivas de innovación, cambios en los modos de pensar y estrategias de transformación basadas en los distintas colegios, talleres tremáticos y grupos geoculturales; no se reduce a la mera obtención de una visión global y bien informada de los problemas. De ahí que se pida a cada grupo que nos aporte una página de propuestas factibles en vez de un montón de información mal digerida. Una de las más importantes responsabilidades de todas aquellas personas que acepten impulsar el proceso será asegurar que ello se cumpla. Tomamos nota de la enorme diversidad de nuestros intereses personales, acciones y compromisos que mantenemos con la Alianza: algunos estamos más interesados en los aspectos colegiales, otros lo están por la perspectiva geocultural y las dinámicas sociales o, finalmente, por los grupos temáticos. Vemos esa diversidad como una fuente de riqueza. No debemos esperar que todo el mundo trabaje en todos los ámbitos del proceso, en la medida que las diversas iniciativas estén bien descritas, se fortalezcan mutuamente y que todas las dimensiones sean recogidas en el conjunto del proceso. Con el fin de dotar de visibilidad de conjunto al único y rico proceso de la Alianza, necesitamos desarrollar tres niveles de visibilidad: a) planes de operaciones que puedan utilizarse para el seguimiento de las iniciativas desarrolladas; b) una agenda global compartida publicada por Caravana y por la página web; c) materiales diversos (un folleto, un vídeo, etc.) pensados para dotar de amplia visibilidad al proceso y a los resultados previstos. La realidad del proceso será el resultado del compromiso a nivel personal de todos los aliados; es por ello necesario que cada aliado se exprese claramente sobre las expectativas y dedicación que va a conceder a la campaña en el periodo 2000-2001. En Bangalore, hicimos ese ejercicio y resultó ser muy provechoso. Dado el alcance de las tareas a realizar, quedó claro que el Equipo Internacional de Animación de la Alianza no cuenta con los recursos humanos suficientes para impulsar solo el proceso. Ahora deberemos constituir un grupo mucho más amplio con toda la gente que ya comparte o desea compartir la responsabilidad de impulsar el proceso. [...] Se creará un foro especial para facilitar este proceso. Las diversas comisiones del Equipo de Animación que se identificaron en Barcelona en setiembre de 1999 no parecen ser la estructura más idónea para dirigir el conjunto del proceso. En cualquier caso, seguimos necesitando un equipo de seguimiento general que constantemente esté supervisando lo que realmente esté funcionando correctamente y proponga soluciones prácticas a lo que no esté funcionando eficientemente, para preservar la continuidad y la consistencia del proceso. En breve enviaremos a todos los aliados una propuesta de plan de trabajo en el que identificaremos las diversas tareas y funciones que deberemos implementar con vistas a la asamblea del 2000-2001. Esto será el marco general en el que identificar las diversas necesidades humanas y financieras. Será, además, la base desde la que cada aliado (individual o colectivo) identficará, decidirá y dará a conocer su grado de participación y su contribución al conjunto del proceso. Discutimos muy abiertamente sobre la situación creada al posponer la aprobación del presupuesto del programa «Futuro del Planeta» de la FPH destinado a apoyar el proceso de la Alianza. Nos dimos cuenta de que la comunicación sobre este asunto no ha sido lo suficientemente clara y ha creado confusión: el Consejo de la FPH manifestó que ningún proceso debería paralizarse; pero este mensaje no fue claramente comunicado, oído o comprendido. Pensamos que la reunión de Bangalore ha sido una buena oportunidad para discutir y preparar una respuesta colectiva a las diversas cuestiones apuntadas por el Consejo de la FPH y vemos que es un importante nuevo comienzo. Les estamos muy agradecidos a Pipal Tree y a Siddhartha por la cálida bienvenida con la que nos acogió. Fue enormemente provechoso para nuestros intercambios y para el impulso a largo plazo de la Alianza. Participantes en la reunión de Bangalore: |