Finca S'Olivar, Estellencs, Mallorca

"¿Es Ibiza lo que se ve a lo lejos?", pregunté, un poco avergonzada de no saberlo pero demasiado curiosa para callarme. "¡Claro que no!", me respondió con un amable reproche un miembro de la tripulación del barco. "Es Mallorca, ¡la más bella!" y de nuevo su mirada se dirigió hacia la gran ventana que nos mostraba Mallorca en todo su esplendor. Una vez más la isla le había conquistado.

También iba a llegar mi turno. De hecho pronto nos rendiríamos al encanto de la isla. En el marco de un dossier sobre turismo, la elección de Mallorca se impuso rápidamente. Doce millones de turistas la visitan cada año. Tan solo en el municipio de Calvià, en la zona metropolitana de Palma, un millón y medio de turistas afluyen a sus playas (ver entrevista). Mallorca, lugar predilecto de personas ricas y célebres, se ha convertido también en un destino del turismo de masas. Durante el verano su aeropuerto llega a ser el más transitado de toda España, sin contar con los NÚMEROSos barcos y cruceros que hacen escala en ella. El impacto sobre la isla y su población es enorme. Fuente irremplazable de ingresos para los insulares, pero ¿a qué precio?, El turismo ya no es tan solo la panacea, sino que se ha convertido en el problema.

Atravesamos la isla hacia el norte. Las montañas que se precipitan hacia el mar azul con sus precipicios nos cortan el aliento. Me recuerdan la región de Charlevoix, en mi Quebec natal, pero la omnipresencia de los olivos, este árbol magnífico como una escultura de Rodin, símbolo de paz, longevidad y fecundidad, me devuelve rápidamente al Mediterráneo.

Por suerte encontramos un alojamiento en esta parte de la isla en la Fundación S'Olivar^* en el precioso pueblo de Estellencs (que en catalán significa estrella brillante o valle de estrellas). Nos espera Joan Carrero, candidato al Premio Nobel de la Paz con quien tendremos una larga conversación preparatoria de un próximo dossier de Caravana sobre el tema de la cultura de la paz. También nos espera Rosa, responsable de la acogida, que cuidará asimismo de que nuestra estancia sea lo más agradable posible. Y así será: estamos encantados del lugar, de su apacible belleza y de la serenidad que emana.

Aprovechamos nuestra corta estancia para pasearnos tranquilamente por el pueblo. En una bonita tienda en la que entré para comprar algunas postales me ofrecen un bello folleto informativo sobre Mallorca. "¿Comprende el alemán?", me pregunta amablemente la señora. "Ni una sola palabra" le respondí. "Lástima, pues no hay folletos en otras lenguas". ¡Salí incomodada!

Turismo de masas, turismo rural, turismo de lujo, turismo bajo todas sus formas, en los últimos treinta años la isla se ha transformado completamente. ¿Que pasará con Mallorca en el futuro? Cada vez más se habla de protección y respeto del medio ambiente, de reciclaje, de moderación, de implicación de los ciudadanos, de restauración de la herencia natural y cultural, de diversificación de la economía, etc. Pero ¿qué quiere el turista... y que quiere el que lo hospeda? Paseando por las playas, invadidas de hoteles, de McDonald, de restaurantes chinos, alemanes o italianos y de tiendas de productos "made in China", la pregunta adquiere un tono irritante.

Sylvie Payette

Contacto : Finca S'Olivar, 07192 Estellencs (Mallorca), Illes Balears, España
Tel : +34.977.18.03.87 - +34.977.61.85.36
Web : www.pangea.org/olivar

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