Entrevista con Carolina Suau Bosch, coordinadora de la Agenda local 21
del ayuntamiento de Calvià (isla de Mallorca, Baleares, España)

¿Podría mencionarnos algunos ejemplos de proyectos generados desde la Agenda Local 21 de Calvià?

Todos los proyectos de derrumbar hoteles, el reciclaje, el tema de «Calvià y el invierno europeo», que es el tema de intentar que la estación turística no dure solo un verano sino que se reparta para que los hoteles no cierren, para que la gente tenga trabajo en invierno. Nuestra máxima ambición es alargar la temporada turística para así resolver el problema social que genera el tema de la estacionalidad. Hicimos una serie de 800 actividades gratuitas para el turista, desde paseos guiados por la montaña hasta tai chi en la playa, desde enseñarles como hacer compost, hasta clases de ruso. Así hemos conseguido alargar bastante la estación turística. Es un programa que pusimos en marcha nosotros, de acuerdo con empresarios y sindicatos. Llegamos a un acuerdo con ellos de subir los impuestos un 15% para crear una bolsa que sirva para pagar estas actividades.

Hay también el plan general de ordenación que ha sido muy importante, puesto que hemos desclasificado 1660 hectáreas de suelo urbanizable, que hubieran supuesto 40 000 plazas hoteleras más. Allí ya no se puede construir. Lo hemos hecho por problemas de saturación. Calvià es un municipio maduro, saturado, no podemos continuar creciendo.

¿Cómo ha respondido la gente a esta iniciativa?

Muy bien. Supongo que si no hubiéramos sido un municipio turístico al 100% hubiéramos tenido problemas, pero al serlo, todo el mundo sabe que esto es nuestro futuro. La población sabe que no podemos seguir como antes porque entre otras cosas estábamos matando el atractivo por el cual vienen estos turistas que nos dan de comer.

¿Cómo reacciona la población cuando en verano vienen mas de un millón de turistas?

Bien, puesto que todos nosotros vivimos de esto, ya que no hay industria en el municipio. Se ha producido toda una evolución desde los años sesenta y la gente esta muy acostumbrada. Yo misma nací ya con esta cantidad de turistas. Ahora la gente conoce el impacto que esto conlleva. Si tuviéramos una industria química o una industria textil, tendríamos una contaminación diferente y esto la gente también lo sabe, así como que el turismo produce una contaminación muy fuerte que provoca mucho daño al medio ambiente. Lo que debemos intentar es que provoque el menos daño posible y no aumentar sobretodo el que tenemos.

Antes de los años sesenta, ¿de qué vivía la población de Calvià?

La gente en Calvià era muy de tipo rural, muy pobre y todo el mundo emigraba fuera. Era una población que oscilaba entre 1500 y 3000 habitantes, según la época. En la costa no había población. Hoy el 50% de la población tiene menos de 30 años. Se trata de un municipio muy joven, con mentalidad muy abierta a temas ambientales, con gente que ya ha nacido en el mundo del turismo.

Si todos los problemas medioambientales, sociales y culturales del municipio de Calvià han sido provocados por el turismo de masas, ¿no sería éste, pues, en el fondo el problema principal?

Yo no creo que el turista sea el problema, ya que su comportamiento es muy sostenible, puesto que se trata de un turista que va a la playa y nada más. Es igual que la gente de los destinos turísticos del Caribe o Cuba. Ellos van del hotel a la playa y de la playa a la discoteca. Este es su recorrido. No emplean coche, ya que van con sus tour-operadores, que los traen y los llevan. Es un tipo de turismo que quiere encontrar la misma cosa que un su país. El turismo de masas es así. También se trata de un turismo muy familiar, con niños pequeños y bebés.

No nos gustaría tener otro tipo de turistas. ¡Es mejor que se queden en la playa de enfrente! Tener 1 millón y medio de turistas moviéndose por este municipio, esto si que sería una locura. Si cada turista, en vez de venir por tour-operador, viniera por libre y alquilara un coche para conocer la isla, eso si que sería imposible de gestionar.

Desde mi punto de vista personal, en tanto que Mallorquina, claro que me gustaría que conocieran mi cultura. Ahora bien, desde el punto de vista profesional, prefiero que no.

El turismo es nuestra industria y ellos, los turistas, son nuestros clientes. Es como tener una tienda de zapatos, y que vengan a comprar unos zapatos. A ti te da igual que conozcan o no tu fabrica. Tú lo que quieres es vender el zapato. Vendemos un servicio, que son las vacaciones aquí: vienen, entran y se van. Es una empresa y nuestro producto es el municipio. Esto lo tenemos todos muy claro y muy asumido. Es como Disneylandia.

Eso es artificial, pero en cambio aquí no.

Esto es artificial totalmente. Magaluf (zona costera de Calvià) es artificial totalmente. Es un destino creado para turistas. Es un pueblo al lado del mar creado para turistas británicos. De autóctono, no tiene nada. Los bares son ingleses y la gente va porque les gusta ir allí. Encontrar sus «beans» y la discoteca que se llama «Lady Di Pop». Y si tu miras las encuestas que hacemos de grado de satisfacción de turistas, veras que cada vez están mas satisfechos y cada vez quieren venir mas a nuestro municipio.

¿Mantienen colaboraciones y encuentros con otros municipios de Mallorca y del resto del Mediterráneo?

Si, desde hace un año tenemos muchos más contactos con municipios del resto de la isla, desde que vieron que esto no era ninguna locura. En cuanto al Mediterráneo, estamos en el Comité mediterráneo de desarrollo sostenible.

Con la experiencia que ustedes han adquirido ¿que consejo darían a un municipio, por ejemplo de Argelia, que se lance actualmente hacia la actividad turística?

En Calvià, ha pasado lo que ha pasado porque no había planes urbanísticos restrictivos, sino que se apoyaba que se construyera junto al mar. Una municipalidad en Argelia o Túnez ahora tiene la oportunidad de hacer un plan urbanístico de desarrollo turístico bien hecho y exigir une serie de cosas (placas solares, depuradoras, límite de altura de los edificios, etc.). Esto, para cadenas hoteleras de fuera que son normalmente los inversores, no supone ningún problema ya que disponen de la tecnología. Están acostumbradas a ella porque ya se la exigen en países como España, además de llevar a cabo un estudio de impacto. ambiental.

¿Animarían a esta municipalidad hacia la atracción de un turismo de masas como el que Calvià atrae?

Un turismo controlado, sí, ya que se trata de una oportunidad. El cambio que habido en estos años con la agenda 21 ha sido muy grande porque antes no teníamos nada. Muchos de los destinos del Mediterráneo están todavía como nosotros estábamos antes y esto es lo grave y peligroso. Muchos siguen vertiendo el agua sin depurar al mar en Mallorca y en todo el Mediterráneo. Esta es la realidad. Los municipios quieren mas turistas porque de esta manera atraen más dinero. Les falta una visión a largo plazo, que nosotros ya hemos podido desarrollar porque tenemos une situación económica buena.

(entrevista realizada por Sylvie Payette y Philippe Guirlet, el 27 de octubre 2000)

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