Número 8 | Junio 2001 | ||
Sumario |
Promover una cultura de paz ¡Globalicemos la paz! Se ha producido una revolución en las mentes que aún no ha producido todos sus efectos, pero la paz ya no puede ser comprendida tan solo como el silencio de los cañones, la ausencia de guerra; cada vez más se desea que sea "justa", "digna", "durable", ... Con el fin de la guerra fría y, al mismo tiempo, la paradójica constatación que los conflictos actuales provocan mayormente víctimas civiles, es como si finalmente se hubiera asumido que la paz no puede ser algo tibio. El conflicto emblemático de Medio Oriente lo demuestra, cuando se creía que podía ser superado a través de un proceso surgido de múltiples diálogos y acuerdos largamente madurados y presentados durante mucho como ejemplares. El informe de una comisión exterior sobre el retorno de la violencia, no parece sorprender ni a israelíes ni a palestinos, subrayando que lo que ha faltado ha sido "confianza". No obstante, la cultura de la paz, además de apoyarse en las virtudes principales de la tolerancia y la equidad, debe animar una construcción política y social concreta de la paz. Frente a una complejidad cada vez mayor, esta construcción combinará cada vez más la justicia, la verdad y la eficacia, en todas partes, desde los Balcanes a América Latina o Africa... Para esta última, particularmente, hay el riesgo de invocar la "no asistencia a un continente en peligro", a causa de la gran cantidad de males que la abruman y que dan al problema una dimensión sistémica. Mientras en Argelia no se acaban de aclarar las causas de una guerra "invisible", en África del Sur se ha suprimido un régimen de apartheid, iniciando un proceso de reconciliación ejemplar. ¿Puede, éste, servir de ejemplo? Al menos si que provoca la envidia en algunos de los países vecinos. Podemos dar fe de ello por haber participado en algunos encuentros. Precisamente, la agravación de la situación en la región de los Grandes Lagos, que ha marcado la última década, nos obliga a darle un espacio importante en el dossier, dando cuenta de los cuestionamientos y presentando una contribución que propone una necesaria "refundación africana". Este dossier para una cultura de la paz no pretende ser exhaustivo. Su objetivo es dar testimonio de la ampliación de un concepto, desde los derechos fundamentales de la persona y los pueblos a disponer de ellos mismos, hasta los desafíos del desarrollo y la preservación del entorno de vida. Esto induce a un cambio de mentalidad y comportamiento, remarcándose particularmente las nuevas vías de la sociedad civil y de la formación, condición del progreso de la gobernabilidad y de la democracia. El trabajo en red no será visto como una novedad bajo el sol, sino como lo mejor de la mundialización en la búsqueda de la universalidad humana y la fraternidad. Richard Pétris
|
||
Ultima modficación el
|