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| Número 7 | Diciembre 2000 | ||||||
Sumario |
Hacia un turismo sostenible Entrevista con Macià Blázquez Salom,
Al principio, en Mallorca, el desarrollo turístico se concentraba en el mar. La relación con los turistas la dominaban los Mallorquines. Eramos propietarios de los hoteles, teníamos nuestras casas y nuestro campo, en buen estado. Pero a medida que ha ido creciendo la afluencia de turistas, la cosa ha cambiado. El año noventa, había 6 millones y el año pasado 11 400 000. Entonces los núcleos turísticos intensivos rebozan de gente que invade espacios que hasta entonces eran solo de los Mallorquines. Antes un núcleo turístico intensivo afectaba muy localmente, perdurablemente pero localmente. Ahora el patrimonio natural se resiente. La atracción del patrimonio cultural lleva a algunos turistas a comprar palacios, fincas, grandes propiedades, casas dentro de los pueblos, pisos bonitos dentro de la ciudad, y los Mallorquines nos vemos desplazados. ¿Cómo se debería reaccionar frente a este turismo desbordante? La alternativa que se plantea es decidir que valdría mas la pena mantener a los turistas en centros turísticos cerrados como si fuese una granja, y así se marcaría una frontera. La mayor parte de los turistas que vienen a Mallorca buscan sol, un ambiente vigilado, agradable, cómodo, sin peligro, pero no buscan visitar una iglesia o un espacio natural prístino y frágil. Entonces la reacción mayoritaria, y a lo mejor es una reacción poco inteligente, es decir: "volvamos al modelo intensivo y cuanto mas controlados mejor". Es un poco como la xenofobia o el racismo. Nuestra reacción sería de encerrarnos entre nosotros mismos. A lo mejor, la alternativa mas inteligente, yo creo que mas avanzada, es lo que propone Samir Amin. El dice que el proceso tal como lo están moviendo y desarrollando las fuerzas del mercado capitalista, es el de la mundialización, de la libre circulación de capitales y sobretodo el control por parte del capital y las multinacionales. La verdadera globalización consistiría en que hubiese un control democrático por parte de los ciudadanos. Para ello hay que tomar conciencia global de la pertenencia a un colectivo global. Desde este punto de vista, el turismo lo puede favorecer. No obstante hay que tener mucha confianza en la capacidad de crecer de la persona, para ir mas allá de la alineación que el turismo nos ofrece. En cuando los turistas llegan a Mallorca, no quieren olivos o algarrobos, quieren palmeras y los núcleos turísticos están llenos de palmeras. No quieren un sistema de dunas con enebros y con salinas. Quieren vegetación tropical y agua, lagos y cascadas que en Mallorca no hay: se trata de una ilusión de película americana. Hay que ser muy optimista para analizar cual es la forma de ser de la gente, lo ciega y lo alienada que está la gente. Y aun y así, continuar confiando que la mejor opción es el progreso y el crecimiento espiritual, la relación entre las personas, ya que es la única salida. El filosofo catalán Raimon Panikkar es muy pesimista en sus explicaciones, tal y como yo las entiendo: dice que estamos alienados, que no nos entendemos entre nosotros, que el recurso al armamentismo y a la xenofobia es continuo etc, Ahora bien, al final sonríe y dice: " pero hay que confiar en el hombre". El hombre es la esperanza para resolver nuestros problemas, hay que crecer espiritualmente, hay que incrementar los grupos de intercambio para la gente, convencerla de ello. Existe una controversia continua entre decir: "que bien estábamos en el paleolítico, que bien estábamos cuando los turistas no se movían del arenal", y decir: "tenemos que conseguir dar el salto y llegar mal allá". Es muy difícil y problemático encontrar el punto de equilibrio.
En Mallorca y Baleares en general es muy difícil plantearse actividades alternativas al turismo, puesto que hasta que empezó la actividad turística, su fuente de ingresos era la exportación de productos agrícolas, ya que no había industria. Además, el turismo tiene la ventaja, en teoría, de ser una de las actividades más sostenibles, más que la industria, la minería, o la agricultura intensiva y más que muchas otras actividades que suponen una extracción del producto ya que el turismo consiste en la prestación de un servicio. Si comparas el paisaje resultante, es mejor el turismo que no la industria o el comercio que puede haber en el Vallès (zona cercana a Barcelona). Potencialmente, el turismo podría dar lugar a mas intercambio y a apreciar el patrimonio, que el comercio o la industria. De hecho, es la sublimación del deseo de aprender, de conocer. Lo que pasa es que no sucede eso porque la gente actúa de una manera mucho mas irreflexiva cuando en principio, el turismo debería ser la quintaesencia del progreso de la civilización. No es posible renunciar al turismo de masas ya que este posibilita que en Baleares haya la renta per capita mas elevada de todo el estado español. La gente vive de manera opulenta y el nivel de consumo en Baleares es extraordinario. Esto me parece, en cierta medida, una paradoja. Baleares tiene mas ecologistas por cada mil habitantes que ninguna otra región de España. Es como si la gente, inconscientemente, dice que es ecologista porque se ha vendido el mensaje o existe la creencia de que el turismo es compatible con el patrimonio y la ecología. Los trabajadores de la hotelería, los sindicalistas son los primeros ecologistas. Yo creo que es la suerte del turismo en este sentido. Lo vas a buscar como una manera de que el patrimonio se reconozca y que la gente intercambie culturas. La hospitalidad, la multiculturalidad y el cosmopolitismo en sus facetas positivas, los encuentras en Mallorca. De hecho, en Baleares hay reacción al proceso que estamos hablando. La pasada legislatura, se reclasificaron como suelo no urbanizable 52 urbanizaciones. Además, hay un 40% de las islas que está protegida por una ley de espacios naturales frente a la urbanización. La administración publica acaba actuando, aunque sea tardíamente, para frenar el crecimiento urbanístico. Para mí, habría que imposibilitar cualquier otra edificación ya. Y reordenar y esponjar. Ahora, desde hace un año tenemos un gobierno con la consejería de medio ambiente en manos de los Verdes. O sea, mejor no lo podemos tener y aun y así no consiguen frenar el crecimiento, porque las fuerzas económicas son enormes. Pero el problema es mas profundo, porque no es tan solo como estemos nosotros, sino como estarán las generaciones futuras y como están los otros pueblos que están peor que nosotros. Se trata de una lucha frente a un problema que hay que resolver moviéndose y hablándolo. Al menos esta claro que hay alternativas, y tienes que optar por la mejor de las que se presentan como posibles. Sabemos que hay cosas mejores que otras y en esta línea tenemos que actuar. ¿Qué es exactamente el proyecto de la ecotaxa? El proyecto de ley de la ecotaxa pretende grabar a los turistas una media de un euro por noche, con el propósito de recaudar fondos para dedicarlos a la protección del patrimonio, básicamente, gestiones de espacios naturales y gestión del patrimonio cultural. Al final se han añadido otras 2 orientaciones. La primera es la mejora de la calidad ambiental de los núcleos turísticos, esponjamiento, paseos, espacios libres públicos, papeleras, arbolado, cualquier cosa que suponga ambientalización del espacio turístico. La segunda es la planteada por los agricultores que han solicitado ayudas de esta misma fuente para la protección del medio rural y la producción de productos agrícolas baleares. Intentan también que se promocione en los hoteles el consumo de hortalizas de la huerta de Mallorca en lugar de traerlas de los campos de Almería o de Holanda. El turismo ecológico, ¿sería una solución? Un turismo mas ecologista no genera millones. El problema grave es que ahora estas opciones, como un turismo mas sano, el agro-turismo, el ecoturismo, etc. se añaden a los 11 millones. Tu no dices "voy a sacar un millón de turistas de la playa y poner un millón de turistas en Porreres (pueblo del interior)". A mí me parecería bien pero antes habría que sacarlos de la playa. Hay que reducir la capacidad de alojamiento de 50 000 plazas que a cabo del año son 1 millón de turistas con 11 días de estancia media, y las abrimos con plazas en el interior agrícola de Mallorca.. Pero no se plantea así, sino que se abren estas 50 000 y se quedan estas otras lo cual es peligrosísimo. (entrevista realizada por Sylvie Payette y Philippe Guirlet, el 18 de noviembre 2000)
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