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| Número 6 | Agosto 2000 | ||||||||||||||
Sumario |
GOBERNANZA MUNDIAL
Relaciones comerciales : Matthew Stiwell (uno de los promotores del Observatorio Ciudadano de la Organización Mundial del Comercio) mostró la desproporción que ha sido introducida en las reglas relativas al comercio internacional entre la afirmación de los derechos privados y la de las responsabilidades frente a la colectividad. El problema central puede ser analizado en términos del equilibrio que hay que establecer entre regulaciones u desregulaciones y la posibilidad de justiciar a los actores privados, cuyos derechos deben ser equilibrados por obligaciones de igual amplitud. El ejemplo de la OMC muestra también la asimetría en las negociaciones: los países más débiles tienen dificultades para comprender los desafíos y controlar las reglas de juego y aún mas para cuestionar la legitimidad de éstas. El papel de los conjuntos regionales podría ser el de recrear las capacidades de negociación, que actualmente los países más débiles no poseen, puesto que participan en las negociaciones de manera aislada.
Agricultura campesina : A la luz de la experiencia del Mercosur (Argentina, Uruguay, Chile, Brasil), Silvio Marzaroli (Dirigente campesino uruguayo y miembro fundador de la Alianza) señaló que la gobernanza es un movimiento que se produce simultáneamente a distintos niveles, regional y nacional principalmente. Apoyándose sobre la capacidad de los movimientos campesinos conectados a escala internacional para construirse una opinión y ser tomados en cuenta en los debates, mostró la importancia de la formación de líderes de la sociedad civil para permitirles elaborar propuestas. Es una buena ilustración del impacto de la estructuración de la sociedad civil a escala regional y mundial. Una propuesta institucional para una buena gobernanza mundial fue planteada por Georges Berthon a la luz de la experiencia europea, basándose en la noción de la extra-nacionalidad (ver Extra-nacionalidad). Por su parte, Jean Tardiff (Funcionario del gobierno del Quebec destinado en París), mostró la importancia de los factores culturales en la dinámica mundial.
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Empezamos tratando las cuestiones referentes al agua, a la energía, a los mercados financieros, a la seguridad y la conversión de las industrias de armamentos, a la gestión de los conflictos, al medio ambiente, a las relaciones culturales o comerciales, examinando para cada una de ellas cuales eran las necesidades de gobernanza mundial, en que medida la regulaciones actuales se mostraban insuficientes y cuales eran las perspectivas planteadas. La aproximación entre las propuestas surgidas de estos ámbitos particulares permite dar fuerza a las propuestas generales. En la mayoría de estos ámbitos tuvimos la suerte de poder contar con un animador o animadora del chantier temático correspondiente de la Alianza.
Agua : Larbi Bouguerra (chantier «Agua» de la Alianza) ilustró el peligro de una gestión de los problemas mundiales del agua a través de las tecnoestructuras, con el ejemplo de la conferencia del Global Water Partnership, en la Haya. A pesar de la representación de 106 Estados nacionales, este encuentro estuvo dominado por las presentaciones realizadas, con gran despliegue de medios audiovisuales y electrónicos, por la multinacionales del agua, los únicos actores que propusieron claramente sus principios, basados sobre la rentabilidad, la promoción de la oferta y la definición del agua como un bien económico (y no social). Estos principios se sitúan en la antípodas de aquellos necesarios a una buena gobernanza del agua (ver 
Energía : Bernard Laponche (chantier «Energía» de la Alianza) estableció una constatación similar en el campo de la energía. En este caso también los grandes actores públicos y privados dominan la producción y la distribución y las tecnoestructuras, seguidas por NÚMEROSos responsables políticos, que privilegian los grandes proyectos, fuente de prestigio y de beneficios. La energía también pone en evidencia la preponderancia de las preocupaciones de los países ricos en el enunciado de los términos del debate. Lo más grave es que no existen en la actualidad prácticamente ya experiencias y capacidades independientes, a pesar de ser elementos clave en toda gobernanza mundial. Una estrategia alternativa se basaría en la eficiencia energética, más que en el desarrollo de la producción, lo cual permitiría grandes ahorros a gran escala en pocas décadas.
Finanzas internacionales : Para Paul Dembinsky (chantier «Mercados financieros» de la Alianza), las financias constituyen un campo en el que la gobernanza es notablemente insuficiente, cuando no ausente. Las dos tendencias actualmente dominantes, la desmaterialización y la desterritorialización de la economía, han cambiado radicalmente los términos del debate: las finalidades definidas en las negociaciones de Bretton Woods, hace cincuenta años, ya no son actualmente las nuestras. Las financias y la moneda se han interpenetrado: mientras se desarrollan monedas privadas, las financias, por su globalización y su impacto, se han transformado en un objeto público. Esto obliga a redefinir derechos, deberes, justicia y responsabilidades. La responsabilidad de los actores privados nos recuerda el carácter público del impacto de las acciones y no ya al carácter legal de los actos. Dos cuestiones de gobernanza mundial emergen para el campo de las financias: la gestión de los riesgos sistémicos y la equidad en el acceso a los mercados financieros.
Seguridad mundial : Diversos participantes, principalmente Ahmadou Ould Abdallahn (Presidente de la Global Coalition for Africa), Larry Thomson (Director de Refugees International) y Richar Pétris (chantier «Conversión de las Industrias de Armamento» de la Alianza), introdujeron la reflexión sobre el tema de la seguridad, aportando distintas propuestas para una gestión compartida de estos problemas. (La reflexión de Richard Pétris se puede leer en la página siguiente).
Medio Ambiente ; Laurence Tubiana (Directora de la publicación Courrier de la Planète) subrayó la existencia de un cierto número de avances en el campo mediambiental. Los principios adoptados en la Conferencia de Rio de Janeiro de 1992 están adquiriendo valor jurídico, principalmente el principio contami-nador/pagador (ilustrado en la Convención sobre el cambio climático), el principio de precaución (Acuerdos sobre la biodiversidad) y de responsa-bilidad (ilustrado por el derecho del mar). Por otra parte, las políticas económicas integran cada vez más la dimensión medioambiental. Hay muchas innovaciones institucionales en los acuerdos medioambientales, como por ejemplo la partici-pación plena de los pueblos indígenas en las negociaciones sobre biodiversidad. No obstante subsisten puntos de fricción y obstáculo, principalmente en la asimetría en las relaciones de fuerza entre normas comerciales y normas medioambientales.