El encuentro que tuvo lugar en Nueva Delhi en febrero de 1997 bajo el nombre « Reconciliar lo masculino y lo femenino » fue la actividad fundadora del taller Ying Yang / Masculino - Femenino. Siendo conscientes de la débil participación femenina en la dinámica de la Alianza, no se trataba sin embargo de crear un grupo de mujeres como tantos otros existentes para lograr un reequilibrio. Queríamos ir más allá del marco del ghetto "Género", injustamente reservado a las mujeres como categoría socialmente dominada -- ghetto en el que son confinadas en tanto que víctimas eternas. Por lo tanto, nos propusimos crear un espacio de reflexión y de diálogo abierto a los hombres y a las mujeres interesados e interesadas en la transformación de la relación hombre - mujer y sus implicaciones en la transformación social en general. Esto conllevaba tanto la puesta en común de la mirada de las mujeres sobre su condición en la sociedad, así como también la mirada de los hombres sobre la manera como viven su condición de hombres. Aún más importante para nosotros era entrecruzar sus reflexiones y elaborar una visión de la sociedad y unas propuestas construidas por hombres y mujeres. Estábamos convencidos que era importante asociar a los hombres a la reflexión, desde el momento en el que son conscientes que la emancipación de las mujeres también pasa por la liberación de los hombres en relación al modelo masculino dominante. Con objeto de desconstruir estos modelos y liberarse de ellos, es preciso un esfuerzo de escucha y sobretodo de hacer un replanteamiento personal entre hombres, entre mujeres y entre hombres y mujeres. El encontrar nuevos valores, el cambiar las representaciones, el transformar las mentalidades empieza ante todo por la práctica personal y la superación de las divergencias que rigen nuestros modos de pensar de esencia profundamente patriarcal.

Fue así como 15 hombres y 15 mujeres de distintas culturas, después de un intercambio previo de testimonios personales por escrito, se dieron cita durante una semana para dedicarse a un paciente trabajo de reflexión y construcción de pasarelas.

Mientras que habitualmente la cuestión de la relación hombre - mujer se limita a la esfera de lo privado o tan sólo se discute en los grupos generalmente masculinos o femeninos, los participantes confrontaron sus vivencias y sus experiencias con gran curiosidad recíproca. Este clima de escucha y esta espontaneidad en la expresión surgía tanto de la originalidad del proceso preparatorio como de las ganas, la necesidad de exteriorizar, de compartir, de nombrar las injusticias y los miedos vividos a veces en la soledad del propio sexo.

Este viaje interior colectivo nos llevó a comprender la complejidad en la que evolucionamos. Tomamos plena conciencia de que construir nuestra identidad en tanto que hombre o mujer no es nada fácil. Más aún, hasta qué punto las tendencias conservadoras patriarcales están presentes o amenazan con resurgir en la mayoría de sociedades.

Después de haber recorrido toda la falla que separa lo masculino de lo femenino, lo privado de lo público, el individuo de su sociedad, la tradición de la modernidad y los hombres de las mujeres, parece derivarse una constatación de este recorrido. Todas estas dicotomías no son una fatalidad, sino una construcción esencialmente social que respondía, probablemente, a ciertas prioridades del pasado. Actualmente parece que son el origen de grandes desequilibrios tanto a nivel individual como global. La voluntad de cambio es algo cada vez más compartido, marcando un primer paso hacia la transformación...

[El informe del taller de Delhi (112 pàginas en francés, inglés y español), está disponible en la redacción de Caravane]

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