Número 5 | Abril 2000 | ||
Sumario |
Taller Yin-Yang Hablar de las mujeres en la televisión es un desafío muy difícil de afrontar, a pesar de la aparente trivialidad del sujeto. Las mujeres se encuentran en todas partes, en las emisiones culturales, en los juegos y hasta en los noticiarios televisados; pero el mundo de las mujeres en la televisión aún tiene como referente común al hombre. Su identidad se encuentra totalmente absorbida por las expectativas y comportamientos falocráticos en los que ellas tan solo deben deslizarse. La intrusión de la televisión en las conciencias es tal que pocos son los que se interrogan sobre la génesis de esas puestas en escena en las que cada detalle esta codificado al extremo. Para comprender es preciso volverse hacia la fuente profunda que alimenta nuestro "hacer": La Biblia. ¿Idea estrafalaria? ¡Menos de lo que parece! En la Biblia vemos a menudo que las esposas e hijas sirven de moneda de cambio. Fue así como Abraham trocó su mujer por un rebaño de camellos y que Loth dio sus hijas al viajero en signo de acogida. Si analizamos atentamente la presencia de las presentadoras en los noticiarios televisados, nos damos cuenta que la función de objeto de intercambio aún sigue presente. Evidentemente, estamos en otra época y las civiliza-ciones son muy distintas. ¡Ya no se trata de camellos! Ahora bien, observemos las imágenes transmitidas: vestidos sofis-ticados, sonrisas de conveniencia, elocución cuidadosamente controlada, cabeza inclinada ligeramente. Ahí están, modestas y correctas, ofreciéndose y ofrecidas para convertir en banal y aceptable la imagen de un mundo odiosamente injusto. Son tan encantadoras como el papel que envuelve los regalos, al punto de que el espectador embelesado y anestesiado no puede hacer otra cosa que aceptar lo inaceptable. Son monedas de cambio en el sentido que, presentado de esta manera, lo femenino participa del encanto y hace subir los índices de audiencia. Por otro lado, a pesar de que las mujeres presentan los noticiarios, su concepción no deja de ser por lo esencial masculina. Podemos hablar de noticiarios a medias, es decir a la mitad, pues el modo de pensar y de ser de la mitad de la Humanidad es eliminado. El contenido y el espíritu de estos noticiarios sería, cierta-mente, muy distinto si las mujeres pudieran concebirlos libremente, es decir sin el miedo del padre que las prive de los más fecundo de su inspiración. Vemos, pues, como nuestras sociedades tan orgullosas de su pretendida modernidad, aún no se han despojado de los arquetipos heredados de las rudas sociedades patriarcales. En la misma Biblia vemos que Eva es la primera criatura creada a partir de materia viva. Es la separación entre Dios y el hombre, introduciendo a éste en la socialización. Ahora bien, en las emisiones, los noticiarios o los juegos, las presentadoras aseguran con mucha elegancia este papel que se atribuye a la mujer desde antaño. Son azafatas que cuidan de que todo vaya lo mejor posible y que cada cual se sienta a gusto en su papel. Es penoso y desagradable verlas encastilladas de esta manera, cuando sabemos como ellas pueden reírse, ser inventivas y llenas de vida si dan rienda suelta a su instinto. Es precisamente su instinto el que empuja a las mujeres hacia la protección de la vida. Es difícil no establecer un paralelismo entre esas mujeres que intervienen en los conflictos bíblicos para salvar la situación y la utilización por parte de la televisión de las mujeres en los frentes más peligrosos. ¿Por qué esta tendencia? Sin duda alguna porque la presencia de una mujer en medio del horror la hace aparecer más desagarradora y patética. El coraje de las mujeres periodistas no participa de la seguridad guerrera masculina, sino que se encuentra ligado a la fuerza de la vida que afronta todos los peligros para testimoniar e indignarse, haciendo que de esta manera la cadena sea mucho más "humana". Podríamos proseguir largamente este inventario edificante y desalentador. Podemos pensar que mientras la televisión será pensada por hombres, estará poco dispuesta a cambiar su política hacia las mujeres. ¿Cómo se puede impulsar algo distinto? ¿Cómo de puede transformar la toma de conciencia de una pequeña minoría en un cambio verdadero? La solución no es simple porqué las mujeres se encuentran aún prisioneras de la visión masculina e incluso aquellas que consiguen un lugar en el medio se comportan como "hombres" aún cuando juegan con la seducción. El desafío de un cambio verdadero sería elaborar emisiones en las que, por fin, las mujeres fueran sujetos. Ellas poseen su propio carisma y una sensibilidad propia, rica y fecunda. Una verdadera igualdad en la televisión ofrecería a las mujeres un reflejo de su mundo y no una mirada masculina. Pocas están dispuestas a este cambio, especialmente en Europa donde la seducción está aún muy presente. Ahora bien, hay aquí un apasionante sujeto de investigación que exige coraje y libertad. El campo de exploración es inmenso. Hemos olvidado que antes de Eva fue Lilith, libre, sensual y ferozmente independiente, que los viejos exegetas se apresuraron de olvidar. Michèle Dussaut Delorme (Francia) Solidarios de Brasil (MHS) M.H.S. en física es un "Mouvement Harmonique Simple" (Movimiento Armónico Simple), un concepto para nombrar la naturaleza en su esencia y su simplicidad; la rotación de la Tierra alrededor del Sol, la sucesión de estaciones, etc. simple como el día y la noche, lo masculino y lo femenino. Este movimiento para los físicos es de un consenso absoluto, como la ley de gravedad, a partir de la que nacen las teorías más complejas. Así es el Movimiento de los Hombres Solidarios, simple, casi evidente, casi consensual; y por tanto han sido necesarios 30 años para crearlo, desde las primeras manifestaciones feministas de los años sesenta. Es por eso que el domingo 8 de marzo de 1999 (fecha de la Jornada Internacional de la Mujer), un grupo de hombres y de mujeres, entre los que había el senador Eduardo Suplicy y la diputada Marta Suplicy, organizó una marcha a Sao Paulo, convocada oficialmente por el Movimiento de Hombres Solidarios que pretende manifestarse cada vez que sea necesario, para defender una sociedad más justa y más igualitaria. Ese domingo, contando con la participación simbólica de CIVES y de otras instituciones como Acción por la Ciudadanía, la Alianza por un Mundo Responsable y Solidario, el Instituto ECOAR por la Ciudadanía e innumerables entidades feministas, los hombres solidarios comparecieron con sus compañeras y sus niños, distribuyendo flores, recitando poesías y leyendo el manifesto fundacional de este nuevo actor social. Gil Palma (Brasil)
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